Mi historia de amor

Llevaba más de un año queriendo dar un giro a mí vida profesional, a darle carpetazo a todo y empezar de cero, quería un proyecto disruptor, innovador, pero no tenía ni idea de por dónde empezar, aunque sabía que la clave estaba en Internet.

Agosto de 2014, es cuando la CAUSAlidad hizo que se cruzara ante mí una marca exclusiva de cosmetogenómica y pionera en ciencia antienvejecimiento que además ofrecía la oportunidad de emprender gracias a su plataforma de negocio. En ese momento, poco o nada, conocía del mundo de la alta cosmética; péptidos, biotecnológias y ácidos hialurónicos eran palabrejas que provocaban cortocircuitos en mis neuronas y la confianza en el sector estaba bajo mínimos en mi caso, en parte, gracias a toda esa publicidad que prometía grandes resultados que luego nunca llegaban.

Aún así, confié en mi capacidad de trabajo y aprendizaje, así como mi experiencia en negocios y conocimientos financieros. Tras analizar los números, encajaban con lo que estába buscando, un vehículo financiero online y que podía adaptar a mí forma de ver la vida.

Como todo parecía demasiado bonito para ser real, decidí probar sus productos: los biotecnológicos, los etnobotánicos, los bioadaptativos, los nutricionales y los antienvejecimiento, ¡hasta el aftershave!

Investigué su filosofía e historia, sus valores, tenía claro que quería trabajar con una marca honesta, de calidad y con compromiso, quería una marca EXTRA–ordinaria.  

Ciencia, tecnología e innovación unidos a una conciencia eco-friendly, reconocida por su excelencia en responsabilidad ambiental y social fueron los ingredientes de la pócima que provocó el flechazo. 

¡Me enamoré de Nu Skin!